sábado, 31 de julio de 2010

Capítulo 4 - El motivo

Se levantaron por la mañana al notar los radiantes rayos de luz del Sol en la cara, tenían cara de no haber dormido bien pero Carol tenía distinta cara que los demás se la veía mas feliz que de costumbre, se fijo en Darío, le echo una mirada de arriba abajo fijándose en todo lo posible.

-¡Qué mono!, pensó Carol. Siguió mirándolo y cuando se dio la vuelta se fijo en su cara tenia unos ojos verdes esmeralda, un pelo que le llegaba hasta los hombros y cuerpo de un deportista, después miro a Vaga que era todo lo contrario ojos marrones, pelo corto, grasiento y con un cuerpo poco cuidado, luego volvió a centrar la vista en la cara de Darío mirándolo embobadamente y se fijo en que estaba manchado.

-Jajaja, Darío tienes manchada la cara de barro, dijo Carol riéndose.

Darío se toco la cara, noto entre sus manos el barro y busco algo con que limpiarse, saco un pañuelo, se limpio y lo guardo de nuevo en su bolsillo, seguidamente miro a Carol

-Oye que feliz estas tu, ¿no?, pregunto Darío.
-Sí, la verdad que no se muy bien porque pero me he levantado feliz, respondió Carol.
-Bueno vas a contarnos ¿Por qué estabas tan enfadada?, pregunto Vaga.
-A ver como os lo explico... creo que simplemente es envidia a vuestras vidas, dijo Carol.
-¿Envidia?, pregunto con cara de sorprendido Darío.
-Sí, porque los dos teníais mas o menos una vida que os iba bien y yo no tenía a nadie y eso me hacia estar enfadada, respondió Carol.
-¿Vida buena?, para ti es tener una vida buena estar en la calle pasando frío y hambre, dijo Vaga.
-No pero por lo menos la tuviste yo no tuve ni eso... siempre he estado marginada por así decirlo de la sociedad o así me sentía, dijo Carol entre lagrimas.

Darío fue hacia Carol, la abrazo cariñosamente tranquilizándola, Vaga mientras fue a buscar comida para su perro Flag y también para ellos, volvió con una botella de agua entre las manos, comida para ellos y para Flag.

-Tomad, las he encontrado tiradas por el suelo a lo mejor no es potable pero nos quitara la sed, dijo Vaga.
-OH, por fin agua tenía tanta sed, dijo Carol cogiendo la botella y dándole un trago.
-Gracias por traerlas Vaga, dijo Darío cogiendo la botella de Carol y dándole otro trago, al terminar de darlo se la paso a Vaga que se termino la botella y la guardo en el saco donde tenían todas las cosas que se encontraban y les podía resultar útiles en un futuro.

-Tenemos que continuar si nos quedamos estancados en un sitio seria peor, dijo Vaga.
-De acuerdo, dijo Carol.

Al terminar de conversar cogieron las cosas y siguieron si camino que parecía siempre el mismo solo cambiaban las formas de los escombros, los ruidos que se oían, los tres caminaban pegados para darse calor mutuamente porque hacia demasiado frío, Darío se freno en seco mirándolos.

-Será mejor que nos quedemos aquí y encontremos algo con lo que taparnos del frío porque sino moriremos congelados.

Cuando termino de decir eso Darío, Carol y Vaga comenzaron a buscar cerca de donde se habían parado una cueva o algo parecido pero no encontraron nada.

-Puff no hay cuevas por aquí cerca, dijo tristemente Carol.
-Entonces, ¿Qué hacemos?, pregunto Darío.
-Nada, mirar allí, dijo Vaga.

Vaga señalo una zona que había como un cuadrado abierto que tendría como mucho 2 metros cuadrados y las paredes tenían poca altura pero la suficiente para que les taparan si se sentaran, asíque se dirigieron los tres y Flag hacia ese sitio, al llegar allí se sentaron.

-Sigue haciendo frío, dijo Darío.
-Sí, vamos a acurrucarnos todos a ver si entramos en calor, dijo Vaga. Seguidamente se juntaron los tres que estaban tiritando.
-Aún hace frío, dijo Carol.
-Ya se, si ponemos lo que tenemos dentro del saco y el saco por donde entra el viento lo tapara y no pasaremos tanto frío, dijo Vaga. Al terminar de decir eso se levantaron los tres y pusieron las cosas donde había dicho Vaga.
-Ahora se esta muchísimo mejor que antes, dijo Carol.
-Exacto, vámonos a dormir, dijo Vaga.

Carol, Vaga y Flag se durmieron enseguida pero Darío tenia los ojos abiertos después de pasar un buen rato, moviéndose de un lado para otro.

-¿Qué nos quiso decir el loco?, pensó Darío.
-¿Realmente estaba loco o nos intentaba decir algo en otro idioma o código?, pensó inquietamente Darío.

Después de un largo tiempo pensado en lo que les quiso decir el loco se durmió... pero no estaban solamente ellos 3 y Flag, una calida mirada les estaba observando muy de cerca.

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